Pocket rocket: el Mazda MX-5 de Flyin’ con 525 CV
- Elias Lilue
- 1 feb 2017
- 1 Min. de lectura
El muscle car más pequeño del mundo nace de la unión entre el querido roadster japonés y una dosis potencia americana

El Mazda MX-5 es un maravilloso deportivo de bolsillo. Un coche ante cuyos encantos han caído rendidas generaciones. Y aunque sus 160 CV son más que suficientes. En Flyin’ Miata querían mucho más. Querían 525 CV, procedentes de un enorme motor V8 americano.
Concretamente un LS3, un V8 de 6,2 litros de origen General Motors, el mismo que mueve a los Corvette C6 y otros musculosos vehículos del fabricante de Detroit. Un motor “impuro”, con dos válvulas por cilindros y pocos refinamientos. Pero con toneladas de par y un carácter sin igual. Con cuatro retoques mecánicos, el motor pasa a desarrollar 525 CV, y trasplantado en el vano motor del Mazda MX-5 – no sin dificultad – ofrece unas prestaciones impresionantes. La viva definición de la expresión “matar moscas a cañonazos”.

No extraña que haga el 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos, o queme rueda en tercera, con un reparto de pesos casi perfecto. Aunque todo su tren de rodaje ha sido reforzado y actualizado, no conviene olvidar que este roadster de menos de cuatro metros tiene una relación peso-potencia mejor que algunos Ferrari. Su corta batalla exacerba su carácter nervioso, y su enorme V8 altera su carácter al completo. Es una maravillosa combinación para unos y abominación para otros.
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