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"Monsieur Dakar" se lo lleva. Peterhanselm, 13 veces ganador

  • Foto del escritor: Elias Lilue
    Elias Lilue
  • 15 ene 2017
  • 2 Min. de lectura

El piloto francés de Peugeot sigue aumentando su palmarés en el Dakar tras aguantar el embate de su compañero de fórmula, Sebastien Loeb, durante las últimas etapas. Para su victoria fueron clave “la experiencia y una pizca de fortuna”.

A Stéphane Peterhansel se le preguntó hace unos días en La Paz si le gustaba esa cifra (el 13) y Monsieur Dakar contestó con una media sonrisa, de las que estila, dejando claro que en su mente la idea iba cobrando forma. No lo hizo solo en su cabeza, también sobre los caminos de la Córdoba argentina.


Donde a Loeb todo le favorecía, el francés de 52 años tuvo que tirar de experiencia (y de suerte, según él mismo ha reconocido) para mantener vivas las diferencias que le han hecho ganador del Dakar 2017.


“Al principio no estaba seguro de poder ganar esta carrera, fue una gran pelea desde el comienzo con 6-7 pilotos. Después solo hubo cuatro y en la última semana solo estuvimos dos: Seb (Loeb) y yo”, reflexiona el francés tras cruzar la meta de la última especial de este año a 19 segundos del de Alsacia. “Luchamos muy intensamente. Soy el ganador al final, pero no ha sido fácil. Probablemente gané el Dakar el viernes, cuando Seb (Loeb) tuvo el pinchazo”.


13 Dakares, aumentando la leyenda, y franco como acostumbra. Peterhansel reconoce lo evidente: Loeb estuvo desatado en los tramos de WRC después de la experiencia ganada en 2016, cuando fue 9º, y solo la experiencia y la concentración, condimentadas con un toque de fortuna, hicieron que Monsieur Dakar aumente sus números.


“Esta es la victoria de la experiencia, de nuevo. Porque a veces sé que no he sido tan rápido como para seguir a Seb (Loeb), por lo que abría camino y le dejaba pasar para seguirlo. Este viernes ese fue el plan: parar, tratar de seguirlo… pero se paró rápido con el pinchazo. Fuimos a muerte después de que él pinchara y terminé con una buena diferencia”.


Peterhansel ha agradecido también al jefe del equipo que les haya permitido correr a los cuatro al principio y a los tres que quedaron tras el accidente de Sainz camino de Tupiza en igualdad de condiciones.


“El espíritu en el equipo fue muy bueno. Bruno Famin decidió no dar órdenes de equipo y eso fue lo mejor que tuvimos. Así que éramos tres pilotos con el mejor coche, donde el mejor de los tres ganaría el Dakar. Ha habido mucha tensión al final, pero estoy contento”, reconoce el francés.


Si alguien pensó que con 13 el dueño y señor del Dakar se conformaría, estaba equivocado. Peterhansel deja claro que siempre que comienza la competición está igual de motivado para ganar “como si fuera la primera vez”.


Las leyendas se forjan en los extremos del calor y el frío, en las lluvias torrenciales de una Bolivia en sequía y en los minutos que se pierden por caminos no marcados y dunas escurridizas. La leyenda de Stephane Peterhansel parece no tener fin. Quizás lo marqué el cansancio de ganar, si

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